jueves, 31 de enero de 2013

Don't forget to do what you love


Toda mi vida jugué voley. Desde que tengo discernimiento siempre opté por ese deporte. Entrenaba casi todos los días, mínimo 2 horas, no me imaginaba pasar una semana sin jugar por lo menos 3 días. 

Cómo es que llegué al punto de pasar casi 2 años sin hacer un mate?

Comencé como parte del equipo de mi colegio. Yo era alta (lo cual era bueno para esa edad), pero muy flaquita y no tan fuerte, por lo que fui condenada a estar por un buen tiempo en el banco de suplentes. Odiaba ser suplente. Pero sabía que no iba a ser así por mucho tiempo.

Me acuerdo una vez, esperando que acabe un partido, nos pusimos a conversar con las niñas del otro equipo, me acuerdo muy bien que una de ellas preguntó a una de mis amiguitas quienes eran las titulares, ella señaló y dijo el nombre de cada una, luego hizo lo mismo con las suplentes. A mi me mencionó primero. No dije nada, que iba a decir, pero interiormente sentía como una fuerza dio un salto inmenso, estaba decidida a no estar más en ese banco.

Comencé a entrenar mucho más, iba a veces hasta los sábados a practicar los saques, en verdad quería demostrar que yo sí podía. 
Hasta que un día arranqué como titular! Luego otra vez, y otra vez! Después de un tiempo, fui llamada para pertenecer a un prestigioso club de voley de la época que participaba en la liga de interclubes de Lima. Sentía que el cielo era mi limite! Hasta llegué a ser capitana ;)

El entrenamiento en el club era más exigente y más difícil ser titular o por lo menos jugar un set completo.
Fue ahí que me di cuenta que lo que realmente amaba era el voley, si era titular era una consecuencia de lo que había aprendido, pero lo principal era que jugar voley me hacía feliz. Y lo que complementaba esa felicidad fue conocer a personas maravillosas durante ese tiempo que sentían lo mismo.
Ya no sentía esa angustia de niña de tener que demostrar que yo también podía jugar, ya lo había hecho y lo más importante era que ya me lo había demostrado. Ahora se trataba de algo mucho más grande, hacer algo que me gustaba y sentía que le hacía un bien a mi vida.

Me acuerdo clarito que sentía que estaba en mi  "mejor momento", cuando sin previo aviso tuve 2 lesiones graves en la rodilla. Me dijeron que lo más probable era que no pueda volver a jugar voley, dolió en el alma .... Luché mucho con terapias y rehabilitación para poder volver a jugar, no iba a dejar de hacer lo que había escogido como partecita de felicidad, no podía. 
Good news! Pude volver a jugar y hasta la fecha no he vuelto a tener una lesión así de grave, #win

Entré a la universidad y al equipo de voley. Fui condecorada como Deportista Destacado. Volví a sentirme fuerte.

Los años fueron pasando, los cursos se comenzaron a poner más difíciles y el tiempo de entrenamiento se volvió en tiempo de estudio, los días de entrenamiento fueron disminuyendo, poco a poco el voley se fue yendo de mi vida por cumplir con lo que "tenía que hacer". 

Me comencé a acostumbrar a estar así, sin voley. Muy de vez en cuando jugaba, sentía que así debía "de vez en cuando", que ya había pasado esa época.

Me mudé a Rio. Ahora estoy casi segura que fue parte de esa transición psicológica que te hace pensar en lo que no hiciste y quieres hacer y lo que dejaste y quieres retomar. Fue así que le dije HOLA otra vez!

Lo que es el voley para mi pueden ser mil cosas más. Muchas veces sin darnos cuenta vamos dejando de lado poquito a poquito esas cosas que formaron parte de nuestra identidad y añaden felicidad a nuestra vida. Pero, por qué!? 

Porque nos dejamos convencer de que "así debe ser", de que todo tiene su fin y de que hay que invertir el tiempo en cosas que produzcan. Pues, señoras y señores, así no es.

Mi manera de verlo es más holistica. Si haces eso que te gusta y añade un valor a tu vida, cuando tengas que hacer algo que "aporte" lo vas hacer mejor y ese aporte va ser bueno, y como ese aporte fue bueno va favorecer a alguien y ese alguien va estar feliz y si ese ser feliz va hacer lo mismo. Y todo gira de una forma linda y utópica :) . Sí, sí sé que no es tan simple, pero me parece una forma fácil y lógica de por lo menos comenzar.

Eeeeeeen fin, fue la reflexión de la semana. Estoy muy emocionada y feliz de volver hacer el deporte que me encanta!

Espero no olvidarme de seguir haciendo esas cositas que le sacan una sonrisa a mi alma y aportan más de lo que creo a mi vida.

MP

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